Por: Paco Memo Medina
Una vez más nos encontramos con un conflicto en la Secretaría de Salud de Tlaxcala, y la situación no es para menos. La implementación improvisada de la universalidad de los servicios de salud, instruida por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y puesta a prueba en Tlaxcala, ha desencadenado una lucha a dos de tres caídas entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) y el gobierno estatal, ya que el IMSS-Bienestar brilla por su ausencia en esta situación.
La realidad es que el IMSS solo ha proporcionado las apariencias de los centros de salud y algunos hospitales, y ha dejado que el conflicto se convierta en una disputa entre el sindicato y la autoridad estatal.
La intención detrás de estas medidas es buena, pero la falta de avance en los aspectos legales ha creado un vacío significativo que el SNTSA, como buen oportunista, ha estado aprovechando para justificar su negativa a utilizar medicamentos, herramientas y equipos proporcionados por el IMSS, lo cual ha llevado a un deterioro en la calidad del servicio y ha perjudicado a los ciudadanos. Todo esto con la supuesta intención de negociar y obtener beneficios a corto plazo para el sindicato en el nuevo OPD IMSS-Bienestar de Tlaxcala.
Los esfuerzos de las autoridades estatales no servirán de nada si no cuentan con el respaldo de la federación. La situación avanza lentamente y todos están pendientes de obtener más ventaja política. Hasta que esto suceda, la presión no disminuirá.
Como siempre, los más perjudicados son los usuarios de los servicios de salud, y también algunos funcionarios públicos. Solo hay que preguntarle al nuevo director de Administración, quien, sin deberla ni temerla, ya ha experimentado la innecesaria dureza del beligerante sindicato de salud del estado. Este sindicato ha sumado a su colección, como si se tratara de un juego, tres «rounds» ganados, uno contra cada uno de los administradores de la SESA en la actual administración estatal. Es importante tomar en cuenta esta información y recordarla.
Ya van tres administradores que han sido «cepillados» por el Sindicato de la Secretaría de Salud. ¿Quién está en falta? ¿Los administradores que llegan o el sindicato?
Lo peor de todo es que nadie ha detenido a la líder sindical y a su grupo, quienes son siempre los mismos. Basta con ver los videos de mis colegas de los medios que circulan en las redes sociales, donde se muestra cómo atacan violentamente a funcionarios que apenas están asentándose en sus cargos cuando llega la violencia sindical para imponerse.