Por: Paco Memo Medina
Recientemente, el proyecto del Autotrén Tlaxcala se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros. Aunque muchos señalan a la gobernadora como la principal responsable, es importante analizar más a fondo los hechos y reconocer que la ineptitud y falta de capacidad del secretario de Infraestructura, Alfonso Sánchez García, también han desempeñado un papel crucial en este asunto.
El proyecto del Autotrén fue presentado como un emblema de progreso para Tlaxcala, pero pronto surgieron problemas. Alfonso Sánchez García cometió un grave error al reconocer que la obra carecía de permisos, lo que posteriormente fue confirmado por la Semarnat, poniendo en duda su viabilidad.
Además, el descontento social ha aumentado, y se han llevado a cabo protestas en contra del proyecto. Aunque el gobierno intentó impedir estas manifestaciones, desplegando granaderos, la situación ha empeorado.
Es cierto que el secretario de Infraestructura ha evitado enfrentar a los medios de comunicación y responder a las inquietudes de la ciudadanía, lo que ha generado aún más desconfianza y frustración en la población.
No obstante, también debemos reconocer que la gobernadora Lorena Cuéllar se ha visto afectada por la falta de explicaciones sobre los beneficios del Autotrén. La comunicación deficiente y la incapacidad para transmitir claramente los objetivos del proyecto han contribuido al rechazo por parte de la opinión pública.
Es evidente que la gobernadora y su equipo han pagado el precio por las acciones del secretario de Infraestructura. Aun así, es importante considerar que la responsabilidad no debería recaer exclusivamente en la gobernadora, sino que cada funcionario debe asumir su papel en este proceso.
Esperemos que en adelante, se tomen medidas para corregir los errores cometidos y se trabaje en una comunicación más efectiva con la ciudadanía. Todos deseamos lo mejor para Tlaxcala, y es crucial que los proyectos de infraestructura se lleven a cabo de manera responsable y transparente para el beneficio de todos los ciudadanos.
Todos los platos rotos los está pagando la gobernadora, y de paso, hasta el Secretario de Gobierno. Todo porque Alfonso Sánchez, el junior, no supo entrarle a la defensa, ni mucho menos comunicar, en aras de cuidar su aspiración política y proyecto dinástico. Si ese es el nivel como funcionario de primer nivel, ya nos imaginamos el papel que hará de ser candidato o senador de la República. Pobre de Tlaxcala.