La alcaldesa de Tlaxcala capital, Maribel Pérez Arenas se encuentra en una situación bastante complicada. Tiene el reto de mantener “el barco a flote” y cuidar los intereses de la gente de Tlaxcala, en medio de –un montón de– jugadas políticas que buscan sacar ventaja.
Tras haber negado convocar a sesión extraordinaria de Cabildo para analizar la solicitud de destitución de Yolanda Cervantes Zamora y Katy Verónica Valenzuela Díaz, Tesorera Municipal y Secretaria del Ayuntamiento respectivamente, Maribel tiene la oportunidad de demostrar su habilidad para mantener todo en calma y centrarse en lo que realmente importa a la comunidad.
A punto de registrar su aspiración a la presidencia municipal, Katy Verónica Valenzuela Díaz enfrenta una ola de cuestionamientos que, a simple vista, parecerían partidistas y estratégicamente sincronizados con el calendario electoral. Sin embargo, la Secretaria Valenzuela ha sido pieza clave para la estabilidad y gobernabilidad post-Corichi, trabajando contra corriente por la paz y la operatividad del municipio.
Los intentos de desestabilización parecen ser más un eco de ambiciones políticas que una genuina preocupación por el bienestar de los tlaxcaltecas. Esta oposición que surge en tiempos electorales es encabezada por los regidores que están buscando ser considerados en las próximas elecciones. Se trataría de Raymundo Vázquez Conchas, Adriana del Carmen Hernández Armas, Mirza Estefanía Amaral Sánchez, Carolina Carrasco Bustillos, Zahira Oranda Torres Escobar y Erick Enrique García González, junto a los presidentes de las comunidades de San Lucas Cuahutelulpan, Tepehitec, Acuitlapilco, Chimalpa y Atlahapa.
Está claro que la destitución de funcionarios debido a la reprobación de cuentas públicas no es una práctica común y parece ser una herramienta selectivamente utilizada por aquellos que, incapaces de ganar una diputación por méritos propios, buscan desestabilizar el terreno político a su favor. Intentan afectar las aspiraciones de la Secretaria, quien se encuentra mejor posicionada que los “aspirantes” en el ayuntamiento.
Tlaxcala capital se ha convertido en un bastión de MORENA que ha respaldado consistentemente la transformación nacional encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y no es ajena a reconocer cuando la política se contamina con intereses personales. Las acusaciones de retrasos en las sesiones del Cabildo, por ejemplo, ignoran convenientemente la responsabilidad compartida del quórum, una responsabilidad que también recae sobre los mismos quejosos.
En este contexto, no sería sorprendente si pronto vemos a la secretaria Valenzuela levantar una denuncia por violencia política de género contra quien o quienes resulten responsables…
La alcaldesa y el Ayuntamiento tienen el deber de resistir los embates de acciones arribistas y seguir adelante con la transformación prometida, no solo por el bien del municipio sino por el precedente que esto establecerá para la política de Tlaxcala.
En última instancia, los ciudadanos tlaxcaltecas merecen un gobierno centrado en sus necesidades, no en los caprichos de unos pocos.