Si algo deja claro Miguel Ángel Covarrubias, exdiputado y actual activista social, es que el servicio a la ciudadanía no termina con el cargo. El pasado 29 de noviembre, compartió en sus redes una fotografía navideña con un mensaje contundente: “Cuidado con el hoyo en la carretera Tlaxcala-Zacatelco.” Este llamado, que mezclaba ironía con acción, fue una invitación abierta a denunciar problemas públicos.
¿El resultado? El 5 de diciembre, ese hoyo dejó de ser un peligro y pasó a ser historia. Covarrubias compartió una imagen del bache reparado con el mensaje: “Nuestro arbolito funcionó. Ustedes me dicen dónde mandamos otro.” La combinación de humor, cercanía y resultados rápidos le valió aplausos, pero también críticas.
No es la primera vez que Covarrubias destaca por su proactividad. Durante su tiempo como diputado, se caracterizó por señalar la inacción de autoridades, levantando la voz en nombre de los ciudadanos. Hoy, desde sus redes sociales, mantiene esa misma esencia: organizando rifas, apoyando a productores locales y promoviendo concursos que invitan a la participación comunitaria.
Un ejemplo reciente es su serie de concursos en torno a la Navidad, que no solo generan interacción, sino que fortalecen los lazos entre los habitantes de Tlaxcala. Esta estrategia ha sido tan exitosa que algunos no han resistido la tentación de copiarla, como el alcalde de Teolocholco, Valentín Meléndez Tecuapacho, quien intentó replicar uno de sus concursos con resultados… digamos, modestos. Mientras Covarrubias reúne a una comunidad activa, el “copión” apenas consiguió participación.
La importancia de la denuncia ciudadana
Lo que Covarrubias logra va más allá de tapar un hoyo o realizar concursos; empodera a los ciudadanos a denunciar, a participar, a no quedarse callados. En un estado donde muchas veces las autoridades actúan a paso lento, estas acciones demuestran que los cambios empiezan desde el compromiso colectivo.
Pese a los intentos de sus detractores por minimizar su trabajo, Covarrubias sigue marcando la pauta: ser influyente no es solo cuestión de números, sino de impacto. Así, demuestra que Tlaxcala necesita más arbolitos navideños, sí, pero sobre todo líderes que escuchen y actúen.
Miguel Ángel Covarrubias deja claro que la verdadera política no necesita títulos ni trajes; basta con creatividad, cercanía y, sobre todo, resultados. En un contexto donde las redes sociales suelen ser escenario de quejas sin eco, él las convierte en una herramienta para transformar Tlaxcala.