Tiene 105 años, sigue bordando y vive en un asilo lleno de amor en Tlaxcala
En el municipio de Españita, Tlaxcala, el asilo «Edad de Oro de los Abuelos San Judas Tadeo, A.C.» se ha consolidado como un verdadero refugio de esperanza para 65 personas —entre adultos mayores y jóvenes en situación de vulnerabilidad—, gracias a más de tres décadas de trabajo incansable y compromiso social.
Una historia de servicio y dedicación
Fundado originalmente en 1994 como una casa de protección social del entonces Distrito Federal, este espacio fue transformado dos años más tarde en una institución sin fines de lucro dedicada al cuidado prolongado de adultos mayores. Desde 1996 opera formalmente como la asociación civil que hoy conocemos, brindando atención integral a quienes carecen de familia o recursos para mantenerse por sí mismos.
Actualmente, un equipo humano compuesto por 24 colaboradores trabaja con devoción para ofrecer atención, compañía y actividades recreativas como tejido, pintura y bordado. Además, las instalaciones cuentan con recámaras, cocina, baños, lavandería y servicios médicos, adaptados para garantizar el bienestar y la dignidad de cada residente.
Historias que inspiran
El representante legal del asilo, Rodolfo Sánchez Medallo, compartió con orgullo que la residente más longeva del lugar tiene 105 años y sigue participando activamente en la vida comunitaria del centro. «Aquí todos encuentran una nueva familia. Es un lugar donde se vive con amor», expresó Sánchez.
El asilo invita a la ciudadanía a sumarse con aportaciones económicas, en especie o mediante voluntariado. «Cualquier granito de arena hace una diferencia», destacó el representante, subrayando la importancia de la solidaridad social para mantener este espacio en funcionamiento.
¿Cómo ayudar?
Las personas interesadas en contribuir pueden comunicarse al número 241 101 9999. La institución agradece profundamente cada gesto de apoyo, que se traduce en mejor calidad de vida para quienes más lo necesitan.
Este asilo en Españita no solo brinda techo y cuidados, sino también una nueva oportunidad para vivir con dignidad, cariño y esperanza.
Leslie Flores // EsImagen
