La presidenta de comunidad de la Segunda Sección del municipio de Zacatelco Tlaxcala, Valeria Lorety Díaz, se encuentra en el centro de una investigación institucional tras haber ofrecido 200 pesos a estudiantes que se besaran “con lengua” entre personas del mismo sexo, durante una ceremonia de graduación en una secundaria local. El hecho, grabado en video y difundido en redes sociales, ha generado una ola de reacciones públicas, preocupación por los derechos de la niñez y el inicio de un expediente formal por parte de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala (CEDHT).
El suceso ocurrió el pasado 10 de julio en un evento escolar, donde Lorety participó como madrina de generación. Como parte de una dinámica organizada durante la ceremonia, incentivó a menores de edad a besarse entre ellos, ofreciendo una recompensa económica. Aunque algunos lo interpretaron como una actividad lúdica, otros padres y asistentes mostraron su incomodidad, mientras que especialistas en derecho calificaron el acto como potencialmente ilegal.
Valeria Lorety es conocida en su comunidad por su activismo en favor de los derechos de las personas transgénero y de la diversidad sexual. Su perfil público como persona transgénero ha estado ligado a mensajes de inclusión y participación ciudadana. No obstante, el episodio ha desatado críticas que apuntan directamente a los límites éticos y legales en entornos escolares, más allá de su identidad o militancia.
¿Puede haber consecuencias legales?
De acuerdo con el Código Penal del Estado de Tlaxcala, este tipo de conducta podría constituir el delito de corrupción de menores, establecido en el artículo 166, que sanciona a quien induzca o facilite actos que afecten el sano desarrollo de niñas, niños y adolescentes. Las penas van de seis meses a dos años de prisión, además de sanciones económicas. El castigo podría agravarse si se demuestra que hubo intención sexualizada o difusión no autorizada de imágenes.
En el caso de servidores públicos, como Lorety, podría haber también consecuencias administrativas, como la inhabilitación para ejercer cargos, además del daño a su imagen institucional.
Postura oficial de la CEDH
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tlaxcala emitió un comunicado subrayando que los adolescentes tienen derecho a vivir en entornos seguros, sin violencia simbólica ni presiones que afecten su desarrollo emocional. El organismo recordó que toda actividad con menores debe diseñarse desde un enfoque de protección integral y respeto a su autonomía y madurez.
“Las personas servidoras públicas deben actuar con legalidad, prudencia y respeto irrestricto a los derechos humanos. Cualquier acción institucional que involucre a menores debe contar con enfoque pedagógico y normativo”, señaló el pronunciamiento oficial.
La CEDHT informó que ya inició una investigación formal bajo el expediente CEDHT/VEGT/20/2025, a través de su Visitaduría Especializada en Asuntos de Género y Contra la Trata de Personas.
Recomendaciones y llamados a la protección de menores
- Estudiantes o tutores legales que se sintieran vulnerados pueden presentar una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia del Estado.
- Medios y usuarios de redes sociales deben abstenerse de difundir imágenes o videos que involucren a menores, para no violar su derecho a la privacidad.
- La Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes podría intervenir para ofrecer acompañamiento psicológico y legal.
Un caso que abre debate sobre la ética institucional
Este episodio pone sobre la mesa la necesidad de establecer límites claros en las actividades escolares, especialmente cuando involucran a figuras públicas. También revela la importancia de que los funcionarios cuenten con formación en derechos humanos, inclusión, protección a la infancia y comunicación responsable.
Más allá de las repercusiones legales, el caso de Valeria Lorety marcará un precedente sobre cómo deben conducirse las autoridades en eventos educativos, y provoca reforzar el compromiso con entornos escolares seguros, respetuosos y libres de violencia simbólica o emocional.