Ana Lilia Rivera impulsa acuerdo regional contra el hambre

Ana Lilia Rivera Rivera, senadora por Tlaxcala, llamó a construir un acuerdo regional entre Iberoamérica, América Latina y el Caribe para trazar una ruta conjunta que permita combatir el hambre y la desnutrición, flagelos que siguen cobrando miles de vidas en el mundo.
Durante el Primer Foro Parlamentario Iberoamericano y Caribeño por la Seguridad Alimentaria, celebrado en el Senado de la República, la legisladora expresó su preocupación porque el hambre y la desnutrición constituyen “el genocidio más grande del planeta”, al provocar la muerte de dos personas cada segundo.
En conferencia de prensa ante medios nacionales e internacionales, Rivera Rivera lamentó que 8.6 por ciento de niñas y niños de América Latina y el Caribe padezcan sobrepeso, mientras que 182.9 millones de personas no pueden costear una dieta saludable. En ese contexto, insistió en la necesidad de que los países de la región coordinen acciones legislativas globales para enfrentar esta crisis alimentaria.
La senadora celebró la realización del Foro Parlamentario, al considerarlo una alternativa real para involucrar a Iberoamérica, América Latina y el Caribe en una ruta común de cooperación que fortalezca la lucha contra el hambre y la desnutrición.
Subrayó que el trabajo parlamentario debe ir más allá de la construcción de leyes: también debe asegurar presupuestos suficientes que permitan atender los problemas globales en materia alimentaria. Enfatizó que la coordinación entre los congresos es esencial para generar políticas públicas sostenibles que garanticen el acceso a una alimentación adecuada.
Durante el foro, parlamentarios de distintas regiones respaldaron el pronunciamiento de Ana Lilia Rivera y coincidieron en la necesidad de impulsar políticas de seguridad alimentaria que trasciendan los ciclos políticos de cada país, con el fin de no alterar los objetivos comunes de erradicar el hambre y la desnutrición.
Los asistentes destacaron que el compromiso de los parlamentos debe centrarse en construir mecanismos de cooperación regional y marcos legislativos estables que garanticen la continuidad de los programas alimentarios, más allá de los cambios de gobierno o coyunturas políticas.